domingo, 29 de julio de 2012

Treinta y tres años de pánicos, manías y deudocracia



Queridos lectores,

Abordamos hoy una pequeña y sencilla reflexión sobre los bancos, los mercados financieros y la deudocracia, y lo haremos comparando dos situaciones, una relativamente lejana y otra cercana.

El negocio tradicional de los bancos es guardar dinero, en forma de depósitos. Ese dinero pueden prestarlo, por ejemplo para una hipoteca, a pesar de que esos depósitos son exigibles a corto plazo, son una obligación del banco a corto plazo. Ese desfase en los plazos entre sus obligaciones y sus derechos (cobrar las hipotecas) puede causar una crisis de liquidez.

Cualquier empresa puede tener una crisis de liquidez, por ejemplo una fábrica. Eso no quiere decir que sea insolvente, puede tener activos no-líquidos que superen con creces sus deudas, por ejemplo edificios, máquinas, contratos para suministrar determinados bienes dentro de un año o dos, etc. Por eso es tan urgente para los políticos españoles que vuelva a “fluir el crédito”, para que muchas empresas puedan refinanciarse y no quebrar. He venido indicando que esta situación es más grave para las PYMES, que dependen de los bancos. Pero a estas alturas, la enorme crisis de liquidez que vivimos afecta también a las grandes empresas, que están viendo subir los intereses de su deuda.

Sin embargo, en el caso del negocio financiero es muy sencillo que una crisis de liquidez termine en insolvencia. Cuando se sospechaba que un banco no podía hacer frente a sus obligaciones los depositantes corrían a retirar su dinero. Evidentemente, ningún banco podía devolver todos los depósitos, ya que habían prestado ese dinero. Ese fenómeno se conoce como “bank run” o corrida bancaria. Hay muchos documentales que explican esto, por citar uno que no me desagrada del todo recomendaré “Money fix (dinero que cura)

Una solución bastante evidente que nos dan a estos problemas es que los bancos guarden efectivamente el dinero, con un coeficiente de caja 100% Esta propuesta suele ir unida a otras como retorno al oro, cero inflación, cero impuestos, respeto de la familia y la herencia y reducción del estado a la mínima expresión. En definitiva es una reivindicación de la propiedad privada “sin concesiones” Por qué están volviendo estas ideas, ligadas a las revoluciones burguesas del siglo XVIII y XIX es una cuestión interesante, que de momento dejaremos de lado.

En este post nos centraremos en describir una situación histórica de “bank run”, el pánico de 1907 en New York, de gran interés por ser previo a la creación de la Reserva Federal (de hecho es el motivo de su creación). Posteriormente, trataremos de extrapolar en la medida de lo posible esa situación a la actualidad, comprobando la relación que tienen las soluciones que se dieron a esos problemas con lo que hoy en día algunos llaman deudocracia.